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Impresion 3D en tus platos: Food Ink

Food Ink, gastronomía ahora con impresion 3D

Tecnología en la cocina

 

¿Quién diría que las impresoras 3D se usarían para cocinar?, ¿Qué es lo siguiente, impresoras 3D que construyan casas?, vaya eso exite también. Próximos a la entrada de la segunda década del siglo XXI el avance de la tecnología es descomunal, tanto que ya podemos usar impresion 3D en la comida, aunando así diseño y gastronomía para tener platos que se comen con los ojos!

La empresa Food Ink ha sido la pionera en este sector, establecida en Londres, su concepto de restaurante es tan revolucionario como su menú. Sin tienda permanente, en formato Pop-Up, suelen hacer giras mundiales que llevan la tecnología a todos los continentes. Buenos Aires, Dubai, Taipei, Sydney o Barcelona son algunos de los lugares donde durante tres días la impresion 3D estuvo en boca de todos. Suelen instalarse en los países de 2 a 3 días, por lo que acudir a una de estas comidas ronda la exclusividad de unos 2.500 dólares.

El restaurante fundando por Anthony Dobrzensky y Marcio Barradas, surgió después de que acudieran a «3D Food Printing» y se mostrara al mundo la primera impresora de comida 3D. El concepto se basa en la experiencia que tienen los comensales con la comida. Como si de una técnica de mindfulness se tratara, estos platos requieren una total atención para ser disfrutados con todos los sentidos. Es una vivencia interactiva que permite, a los que se atreven, a crear sus propios platos 3D.

 

 

Nina Hoff, directora general de By Flow, empresa fabricante de impresoras 3D para alimentos, en Eindhoven, afirma que la impresion 3D no amenaza al trabajo de los chef, ya que pretende ser concebida como una herramienta de cocina más. «seguiremos necesitando humanos, el elemento creativo detrás del diseño”, añade Hoff en la entrevista.

Desde By Flow afirman que “Con su ayuda (de los clientes, chefs y proveedores) conseguimos imprimir pollo por primera vez”. ¿Cómo es esto posible? Lo es gracias a las opiniones y descripciones que aportan los comensales. Para conseguir resultados fieles a la realidad se debe pasar por un extenso desarrollo experimental. Según Nina “¡Algunos clientes pueden llegar a pensar que están comiendo plástico!”. Así que, quien sabe, quizás dentro de unos años la impresion 3D avance tanto que podamos imprimirnos nuestros propios platos desde casa.

¿Probarías la experiencia Food Ink? Si estás interesado en ver más cuestiones de interés no dudes en echar un vistazo a nuestro blog!

 

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